Si quieres participar como colaborador de esta propuesta en el taller de producción que se llevará a cabo en Medialab Prado del 15 al 20 febrero de 2021, debes inscribirte a través de esta convocatoria.

“La Voh Cahtúa” pretende ser un complejo de instalaciones conceptuales (la caza, la cocina, el descanso, la matanza…) que se sumergen en la investigación del dialecto castúo a través de la poesía de Luis Chamizo, creador de dicho concepto. Más concretamente, su serie de poesías “El Miajón de los Castúos (rapsodias extremeñas)”; una serie de escritos en sí conceptuales en los que canta la epopeya de la evolución en la vida rural extremeña.

El castúo en poesía épica y regionalista. Una lengua olvidada, desechada en el vacío, y absolutamente desconocida. Un dialecto estudiado a través de la voz hablada, gemida, el lamento trastornado, los gritos roncos, alegres o de dolor. Transfiguración de ondas, de timbres, duraciones. El juego armónico, la disonancia, lo terrible, lo bello. Incluso la no voz.

La base musical, si la hay, pretende ser una investigación, descomposición y desfiguración de la jota y el fandango extremeños a través de bases electrónicas, sonidos rurales, urbanos y cualquier elemento que pueda servirnos de inspiración creativa.

No solo se pretende estudiar el dialecto de forma sonora sino también su escritura, tan curiosa y única, de manera visual, ya sea de forma arquitectónica, textual, proyectada o cualquier idea que pueda aportar claridad:

“Vosotros qu’ajuís pa no sé onde

no queändo’n los hierros ni las juellas;

vusotros qu’asomaos a las ventanas

guipáis las foscas y arrogantes jesas 

y las jondas colás con sus regachos

y la tierra e labor onjuta y seria 

donde rumian su pan unos galanes

del coló de la tierra.”

La instalación física podría estar desarrollada a través de cuadros costumbristas de la Extremadura rural y profunda. Con elementos tangibles o no, la renovación contemporánea de ellos, o incluso objetos totalmente en discordancia con el entorno. Todo vale si está justificado. En cada elemento podría un altavoz que emitiría una pista de audio y entre todos los objetos se crearía la mezcla final, pudiendo el espectador con su movimiento, jugar él mismo con los planos sonoros y fijar su atención donde le convenga.