Mitos y humedales

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Hércules en una de sus 12 labores intentando matar a la Hidra de Lerna, monstruo de pantano de muchas cabezas. Numismática antigua. Creta, mediados del siglo IV a.C. Colección David Freedman

Prólogo

En 2019, Ruth Catlow definió las Organizaciones Autónomas Descentralizadas (DAO) como “una hidra con muchas cabezas”, refiriéndose a estas como una posible herramienta de liberación hacia el orden establecido. A partir de la asociación de los humedales a lo monstruoso femenino, en el imaginario occidental, nos adentramos en el terreno pantanoso de la web, los mitos y los humedales.

Una serie de ecléticos agentes se reúnen con motivo de debatir sobre lo que se conoce como “la agencia de la naturaleza”:

Botella pet (o pureza): Considerándonos la figuración del concepto de naturaleza en la cultura occidental, nos tomaremos la libertad de sentar sus antecedentes: Algunos debates filosóficos y antropológicos dicen que es el Dios cristiano quien permite la constitución de la modernidad y la estricta separación entre naturaleza y sociedad. A partir del origen sobrenatural del universo, el hombre asume el derecho y deber de administrar la Tierra.

Río Whanganui (o Derechos de la Naturaleza): En una ontología relacional animista, en cambio, la "personalidad” está constituida por las relaciones entre seres. Los seres humanos son un tipo de persona entre muchas, miembros de comunidades multiespecies. En nuestro caso, la comunidad Māori nos defendió así: “Hemos luchado por encontrar una aproximación en la ley para que todos los demás puedan entender que desde nuestra perspectiva, tratar al río como una entidad viva es la forma correcta de abordarlo[...].”

Botella Pet: Ya que la discusión va sobre los humedales, nos resulta cuando menos curioso que según el Génesis, Dios creó el mundo como un humedal. ¿Es su capacidad de escapar a la domesticación lo que ha impulsado a la especie humana a su destrucción?

Sófocles (o mitología greco-romana): “Con sus picos de bronce y afiladas plumas de metal, las aves del Estínfalo devoraban a las personas y arruinaban los cultivos con sus heces venenosas. Emigraron desde tierras lejanas hacia el pantano de Stymphalia, un lugar maldito donde empezaron a reproducirse a una velocidad de lo más inhumana. Por suerte, tras duros esfuerzos y la ayuda de Atenea, Heracles las disparó con [...]”.

Pantano monstruoso (o lo inclasificable): Las malas lenguas (o cultura patriarcal occidental) y sus narrativas heroicas son en parte responsables de la facilidad con la que se han estado destruyendo los ecosistemas húmedos: “Es un hecho demostrado por la experiencia de los siglos que todo terreno pantanoso es perjudicial para la salud (…), de un modo casi fulminante bajo el influjo de las llamadas fiebres pútridas.”

Convención de Ramsar (o las políticas medioambientales): ¡Ahora la narrativa ha cambiado! Es bien sabido que los humedales son fundamentales para la subsistencia humana y el desarrollo sostenible. Son grandes proveedores de servicios ecosistémicos. Por ello, desde la Convención de Ramsar trabajamos para la conservación y el uso racional de los humedales a nivel internacional.

Turbera saturada (o los servicios ecosistémicos): Últimamente no paramos de escuchar lo importantes que somos para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en mi caso concreto por mi gran capacidad de almacenar carbono, pero nuestra existencia va más allá de garantizar vuestra superviviencia... Somos cuerpos de agua, así como el resto de especies con las que compartimos hábitat.

Especie exótica invasora (o lo xeno): ¡Del cual nosotras también somos parte! Muchas veces, las políticas conservacionistas actuales invierten en programas de erradicación masiva para poder conservar las especies nativas en su hábitat “original”, pero ¿es eso siquiera posible? ¿Qué otras relaciones podrían emerger al dejar atrás los discursos de pureza?

Más información sobre el proyecto "Critpo-Mitologías húmedas" en este enlace. 

Tipo de post
Blog
Autor
Carla Alcalá