La ciudad está inaccesible... ¿Quién la accesibilizará? El trabalenguas de la ciudad X

Imagen post accesibilidad
Imagen de Nacho Goytre

 

Texto y adaptación: Jorge Marrón Abascal y Elena Taranco Pérez

Este texto surge fruto del interés por abordar un fenómeno que es al mismo tiempo una necesidad, una realidad y una obligación y así sumar y sumarnos a un marco de posibilidades que ofrezca vías, canales y medios para visibilizar una demanda social de forma creativa y con un eco de disputa política de fondo: ¿a quién le pertenece la ciudad y su diseño?

La actual Ley (RD1/2013) es una realidad. Y el fin del plazo para la adaptación de edificios y servicios, un hecho consumado. Esto hace que hoy nos encontremos en un escenario que -por fin- nos obliga a hacer de la ciudad que vivimos una ciudad accesible. Y no sólo en lo que se refiere a lo arquitectónico sino también a todas aquellas barreras que impiden a cualquier persona disfrutar de forma plena esa ciudad que nos estimula más lo visual que lo sonoro o lo táctil. Y en especial toda esa información pública y privada, digital y física, no adaptada. Si ni siquiera tenemos acceso a la información básica, ¿cómo vamos a saber transitar por este ecosistema que llamamos ciudad?

Manuel respira accesibilidad por los cuatro costados. Nos encontramos en la anterior edición de Fuencarral Experimenta y hoy, las unas y los otros que participamos del grupo de trabajo Marquesinas Accesibles, seguimos profundizando en aquello que nos propuso hace casi un año. Y si algo hemos podido comprobar al conocernos es que hay una relación directa entre biografía personal y las reivindicaciones que las personas abanderamos.

A pesar de los resultados tangibles y molones, intervenir dos marquesinas en colaboración con diferentes entidades públicas y sacar un video-denuncia con gancho no ha sido un proceso fácil.  Dichos resultados se sustentan en el esfuerzo y el interés por conectar un cúmulo de acciones individuales y colectivas orientadas en torno a un objetivo común. Accesibilizar las marquesinas ha sido un éxito, pero todavía nos queda mucho por hacer y, sobre todo, por aprender.

Pero esto no significa que las prisas nos puedan: hay que dar espacio, tener en cuenta, coger perspectiva, interiorizar la mirada del Otro… y comenzar a pensar y concebir proyectos y documentos de otra manera: en este caso, accesibles.

Apostamos por la Cultura. Creemos en la cultura colaborativa como motor de cambio. Por eso apostamos por intervenir, participar, crear reflexión, acercar, facilitar y traducir la Ley. Porque sabemos que lo que no se nombra no existe, creemos que para accesibilizar primero hay que visibilizar y para ello tenemos poderosas aliadas: creatividad, saberes, diálogo, pasión y experimentación.

Sigamos allanando caminos, calles, imágenes y textos.

Abramos posibilidades, generemos Comunidad. Gracias Bea, Begoña, Hugo, Javier, Manuel, Mario, Rian y Toñi. Y a otr@s tant@s que somos y seremos.

#BordilloAplastao

Texto explicativo de la imagen de este post:

En la imagen que encabeza este texto podemos encontrar en primer plano una peana que advierte que en esta mesa se reúne el grupo de trabajo de Marquesinas Accesibles (Premio Borbolla 2017). Y coronando dicho cartel una adaptación del Símbolo Internacional de Accesibilidad que creó el grupo para intervenir las paradas de autobús. En este caso se trata de una mujer embarazada en silla de ruedas y para subrayar una mayor reivindicación de la diversidad con un puño en alto (aunque en esta imagen no aparece pues se desprendió por el uso). En el fondo de la imagen, difuminado, se aprecia un grupo de personas sentadas en círculo conversando con un papelón con anotaciones escritas.

Nota:

Al final de esta página puedes escuchar un audio que narra el texto del post y otro audio que reproduce el texto explicativo de la imagen que lo acompaña. La incorporación del texto y el audio de la imagen responde al interés por visibilizar a la población vidente la importancia de accesibilizar este y otros tipos de documentos en los que solemos navegar sin plantearnos los límites asociados al mero hecho de poder leerlos e informarnos.

Y de nuevo agradecer a Manuel Quintiana todas las sugerencias y recomendaciones compartidas para hacer de este texto un esfuerzo más atento a esta cuestión y “levantarnos el foco” para ver toda la complejidad que implica abrir nuestras formas de hacer, y escribir, al universo de la accesibilidad. ¡Gracias!

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