De Seattle a Madrid, por una democracia de código abierto

Imagen de #ICDemocracia16

Texto: Eva Rueda //

Día 3. Marcelo cuenta en twitter que es su tercera jornada en Participa Lab. Roxu linka un ejemplo de uso avanzado de recursos tecnológicos para la participación ciudadana. “Esperemos que #ICDemocracia aumente el impacto de Pol.is, dice. Ulf investiga el uso del concepto “ciudad inteligente” en diferentes contextos y David se ofrece por telegram a compartir su experiencia en Canadá. Enrique dibuja. Está sentado en manga corta y cruza una pierna donde apoya su cuaderno de dibujos. Cuadernista es. Dibujando y escribiendo conceptos, nos decimos. Y nos reímos. 

Hay sinergias, improvisación, redes, trabajo, colaboración. Poppi y los suyos. Son el primer grupo a la derecha de la planta primera de la calle Alameda 15. Empujando Juntos, Empurrando Juntos que dirían -y dicen- los brasileiros. En este grupo, trabajan conjuntamente programadores, sociólogos, politólogos y diseñadores. Comienzan una frase en brasileño, siguen en inglés y la terminan en español. 

Estamos en el taller internacional Inteligencia Colectiva para la Democracia que desde el pasado 19 de noviembre hasta el próximo 2 de diciembre se está desarrollando en la planta 1 y 2 de MediaLab Prado.

Sus tres programadores calculan que van a escribir 15.000 líneas de código. De qué va este proyecto? Qué están haciendo? Una herramienta open source -a partir de pol.is- para desarrollar dos funciones de notificaciones push: de debate y de acción. Buscan identificar el perfil de persona puente, de consenso. “Eso vamos a experimentar. Toda herramienta tiene posibilidad de jugar con ella”, nos cuenta Ricardo Poppi. 

Lo contamos en la primera crónica: 8 equipos de trabajo seleccionados, 4 mentores, conferencias, talleres, charlas conexiones, robots virtuales … más de 80 personas de 30 países y 4 continentes, poniendo en común lo que saben y lo que anhelan descubrir, colaborando codo con codo. Rectifico. Ordenador con ordenador.

Consul y EMAPIC programan de buena mañana. Y de buena tarde. Diseñando. Probando pantallas e interacciones. Sabiendo que el usuario mira y ve –ya casi todo- en pantallas móviles. Y lidiando con el padrón municipal y la privacidad. Ese gran caballo de batalla. Este proyecto llega desde tierras gallegas y busca integrar el software que usa Decide.Madrid.es, del Ayuntamiento de Madrid, con un servicio web para la geolocalización de opiniones. Son ordenados y silenciosos: el grupo técnico (api, autenticacion, ux…) y el grupo de análisis y desarrollo. Llevan ritmo.

“Los del Turnómetro trabajamos con música”. Este proyecto llega desde México y despierta interés allá por donde pisa. Daniel busca voluntarios con un dispositivo móvil Android para testear la sincronización a tiempo real. “¿Te importaría venir a Turnómetro?” lanza al grupo común de Telegram. Diseñan una app y una web y están enfocados a los procesos de discusión presencial. Con algo aparentemente sencillo; cronometrar las participaciones y cuantificar emociones y consensos. Van avanzados. El prototipo está ya listo para usar y acaban de lanzar un bot en versión demo. 

La concentración tecno de ordenadores y dispositivos móviles por metro cuadrado es considerable estos días en MediaLab. A ratos, de hecho, se nota como un eléctrico colectivo de choques y descargas. En este contexto, Lucy J Parry sondeaba estos días pasados en twitter, telegram y en los ventanales del edificio las emociones que provoca la democracia y obtenía respuestas como éstas: “un mal que resolver, incierta y obsoleta, la utopia, me siento perdido, quiero encontrarla, es una mentira, todos se quejan pero no proponen, poder! en manos de quien, preguntad a vuestros padres…“. “Para mapear las emociones de la democracia –precisa Lucy- estoy proponiendo no agrupar individuos sino puntos de vista compartidos”.

Y mientras, desde el equipo de Digidem Guide quieren saber qué herramientas de participación-colaboración-deliberación usan habitualmente los participantes en este taller. Herramientas pequeñas o plataformas complejas para su “parking lot”. Emmanuel responde a Nicolás: Loomio, reddit, titanpad, discord, nabú, doodle… Ana repite experiencia colaborativa tras la experiencia de Ciudades Democráticas. En mayo participó en la articulación de la Red de Comunes y estas dos semanas anda enfrascada en el proyecto Herramienta de participación ciudadana para el consenso de normas. Siente que hay equipo y que hay proyecto.

EL GOBIERNO NO PUEDE ESCUCHAR A TODOS A LA VEZ, LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL PUEDE

Colin Megill, CEO y fundador de pol.is, arrancaba el martes su charla con la Grecia clásica: “quién estaba en la conversación participaba en las decisiones”. Para muchos de los asistentes, fue la charla estrella de este taller internacional. Considerada por muchos una de las herramientas más interesantes para la participación, Pol.is es una herramienta de deliberación online. Colin destripó en vivo y en directo cómo funciona y cómo organizan los grupos según opiniones parecidas. 

Las personas que votan de manera similar se agrupan y se identifican los consensos” explicó. Y destacó el uso de pol.is en Taiwán donde se ha utilizado para analizar la regulación de UberX y AirBnB. Miles de miles de ciudadanos de todas las regiones de Taiwán han participado en debates on line sobre el futuro del país y la herramienta está integrada en los procesos del gobierno. Taiwán es el país, vTaiwán (la v de virtual) es la plataforma digital de debate online del Gobierno. Un país de 23 millones de personas donde el desarrollo de las tecnologías cívicas es toda una revolución.

Los grupos de telegram de #ICDemocracia echan humo sin tregua horaria. Pregunta- ¿Alguien sabe de qué es la manifestación en la calle Atocha? Respuesta- Sí, es una manifestación por el convenio del telemarketing. Han quedado en un  restaurante africano, celebran un cumpleaños –sí, la vida sigue ahí fuera- hacen turismo local –Tempo Debo o Mercado de San Miguel, sin ir más lejos- ven futbol, toman mate, se intercambian música debaten sobre nacionalismos… “bueno, casi lo dejamos para luego con una cerveza”.

Pero el verdadero debate se sigue cociendo mañana y tarde en la calle Alameda de Madrid. Buscar consenso no es tan simple como pueda parecer a primera vista. Empezando por un nombre. Reunir voces ciudadanas -en palabras de Colin Megill- es complicado. Decidir cómo decidir.

Lo saben bien los proyectos de Redacción colaborativa para participación ciudadana (Madrid), Herramientas de participación ciudadana para el consenso de normas (Barcelona) y Democracy Earth (París).  Se han marcado el objetivo, respectivamente, de desarrollar una herramienta digital con la que los ciudadanos puedan participar y colaborar en la elaboración de normativas legales, ampliar el debate en las plataformas actuales de participación ciudadana y desarrollar una aplicación web  de voto seguro basada en la tecnología blockchain (protocolos de Bitcoin) y la democracia líquida. 

¿Quién entra en el debate? Hay que dejarlo más claro. Queremos separar por un lado el voto y por otro las opiniones. No queremos que el usuario se pierda”. En el equipo de Herramientas de Participación Ciudadana han formado un sólido grupo de diseño y lo tienen claro: “hemos pensado visualizar conjuntos de argumentos y que se pueda acceder a argumentos individuales. La pregunta es ¿cómo agruparlos? Y dos niveles de participación; unos usuarios quieren votar rápido y a otros les gusta profundizar y debatir mucho”. El ejercicio de debate conceptual en este proyecto es muy alto y con una doble visión; lo que necesita el ciudadano y lo que precisa el Gobierno. 

También analiza pros y contras el equipo de Redacción Colaborativa. Debaten y prototipan las acciones que el usuario puede llevar a cabo. “¿El no dar tu opinión es una posición también? Porque el voto en blanco es eso” argumenta uno de los colaboradores. Definir el formato de publicación de documentos, plazos para que el usuario opine y debate, una herramienta amigable, cómo entender la ley, articular el sistema de comentarios. Ayer viernes, Pablo Ojanguern y sus colaboradores recibieron la visita del concejal de Participación del Ayuntamiento de Madrid, Pablo Soto, y de la empresa Populate, muy interesados en este proyecto que se ha marcado la idea de desarrollar una herramienta que ofrezca en tiempo real los cambios de redacción y los comentarios. “Cualquier persona podría seleccionar parte de un texto y hace una valoración a favor o en contra. Pero con un argumento para que escale. O que el texto estuviera marcado por temas con #hasthag porque no es un espacio para discutir sino para valorar. Estamos buscando ofrecer un proceso de construcción de la ley más participativo”.

GENTE QUE QUIERE EXPERIMENTAR

Casi un centenar de personas están conformando este pequeño universo de inteligencia colectiva para la democracia llegado desde lugares muy diversos. Entre todos, están intentando generar, crear, mejorar, programar, conceptualizar … “prototipar  experimentos”, en palabras de Yago Bermejo, coordinador de Participa Lab.

La semana ha dado mucho de sí. De la conferencia “La replicación como comunicación” de Antonio Lafuente sobre la importancia de documentar los procesos colaborativos a la charla impartida por Klara Breeke sobre la tecnología blockchain y sus algoritmos. De la charla estrella del fundador de pol.is a las experiencias de participación digital y mixta en Brasil expuestas por Ricardo Poppi y al taller práctico de mapping de Paolo Spada: “Challenges and opportunities of participatory monitoring and mapping”.

Las conexiones se siguen sucediendo. Ayer mismo, se conectaron en red para intercambiar experiencias las ciudades y laboratorios ciudadanos que están rediseñando la democracia. Madrid con #ICDemocracia, Barcelona con #MetaDecidim, Coruña con #ColabCoruña y #DemoComunes. Ciudades conectadas en torno a la innovación democrática.

El lunes, Inteligencia Colectiva para la Democracia encara la recta final. Cinco días sin contar las horas. Vicente J Ruiz, uno de los mentores que estos días está asesorando y supervisando los proyectos de #ICDemocracia en MediaLab Prado, aseguraba en su presentación: “la cultura digital no está dentro de nuestros impuestos; se construyen carreteras pero no carreteras digitales”. Y Ricardo Poppi nos recordaba que la participación pública “no está en los primeros puestos de la agenda política, cuando debería ser una estrategia que esté en la cabeza de los gestores. Se trata de relacionar a la sociedad y hablar con la población es uno de los grandes problemas de los gobiernos”. Jacly Tsai, ministro de Taiwán, lo expresaba así en su día: “necesitamos tener una plataforma que permita a toda la sociedad participar en discusiones racionales”.

Están en las redes y en las calles. En MediaLab Prado- que antaño albergaba una serrería-  y en rincones colectivos de Madrid. Enrique sigue dibujando. Pablo Aragón pinta y arma interacciones y gráficos de datos en tiempo real que se proyectan. Jesi Carson, activista canadiense e impulsora de Participedia, visita sobre el terreno las actividades de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca -PAH- en Madrid. Una de las máximas sigue siendo integrar los mundos on-off. Pablo comparte en telegram una herramienta para hacer mockups y wireframes de prueba. El streaming ya está en marcha. Son auténticas redes cooperativas y transnacionales. Democracias del mundo, prestad atención. 

Tipo de post
Blog
Autor
bernardo_gutierrez
Etiquetas
#Inteligencia colectiva