El "Peer to Peer" representa, en la esfera de lo digital, la apertura de un nuevo procomún, esto es, el procomún digital. Los esfuerzos por delimitarlo y cerrarlo están a la orden del día, y el P2P constituye en sí mismo uno de los recursos más innovadores y liberadores de internet. El conocimiento libre, el diseño abierto y otras muchas iniciativas y proyectos han florecido gracias al P2P. Entonces, lo qué está ocurriendo ahora mismo es la lucha para preservar este ámbito fuera del alcance de las corporaciones. Los estados trabajan muy a menudo apoyando intereses privados y contra los bienes públicos. Muchas veces las leyes no defienden ese bien público. Por lo tanto, es necesaria la respuesta civil para defender nuestros derechos.
Las nuevas tecnologías son ante todo eso, nuevas. Y como nuevas, están inmersas en un fuerte proceso de mejora y redefinición. Además suelen ser usadas inicialmente por una vanguardia y en ámbitos muy específicos. Si es una tecnología orientada al público en general y se favorecen las condiciones adecuadas, finalmente su uso se extiende.
Sucederá lo mismo con el P2P, una tecnología aún incipiente cuyo uso se extenderá en cuanto a público, pero también en cuanto a ámbitos de aplicación, no limitándose al simple intercambio de bits. En el futuro se vislumbran sistemas P2P distribuidos de subastas, de intercambio de bienes y servicios, de donaciones, de préstamos financieros, que dejan a un lado los viejos modelos jerárquicos centralizados y dan la mano a la descentralización, la equidad, y a la igualdad de roles.
A la par se vislumbra un conflicto de intereses aún mayor del que ya estamos presenciando.