Jornadas de Propiedad Intelectual y Nuevas Tecnologías: Introducción

En el marco de Juego doble, un proyecto desarrollado desde 2004 por el Centro Cultural de España en México en el que se reunía a creadores y teóricos españoles y mexicanos cuyo trabajo orbitaba alrededor de las nuevas tecnologías, surgió recurrentemente la cuestión del libre acceso a la cultura que las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) parecen haber hecho realidad en los últimos tiempos. La facilidad con que los medios digitales permiten producir, distribuir y acceder a la cultura parece abrir un abanico de posibilidades para su democratización y, a la vez, plantean una serie de fricciones con la legislación vigente. No obstante, mientras que en España el debate en torno a la inédita situación que se ha generado sobre la cultura digital ha cobrado una intensidad y una visibilidad insospechadas, en México la cuestión no parece pasar de ser un tema de disquisición entre artistas y teóricos familiarizados con los debates internacionales sin llegar, en ningún caso, a tornarse en problemas efectivos y vinculantes de discusión. En España las cuestiones respecto a la función social, la condición legal y el valor económico de la cultura se han hecho especialmente notorias en los últimos años debido a diversas y polémicas modificaciones a la Ley de Propiedad Intelectual exigidas por la UE y los tratados internacionales al respecto.

El derecho legisla sobre las prácticas, y las prácticas que buscaban ordenar estas modificaciones no eran otras que las que fueron surgiendo en los últimos años de la mano de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, que han transformado los modos de producción, reproducción y transmisión de la cultura de tal modo que escapan a la legislación vigente. En este sentido, en nombre de los derechos de autor o la propiedad intelectual se ha pretendido ajustar la ley para dar cuenta de estas nuevas prácticas y velar por los intereses de los productores. La fricción no se ha hecho esperar porque muchos han visto en esto el intento no ya sólo de segar las posibilidades que los nuevos medios ofrecían para la práctica cultural digital sino que se gravaban e incluso criminalizaban prácticas que hasta entonces habían estado amparadas por la ley (como el derecho a la copia privada) o se hacía entrar en la penumbra de la ilegalidad ejercicios que hasta hace poco caían dentro del “uso justo” que la academia, la crítica y la prensa hacía de productos culturales protegidos por la Ley de Propiedad Intelectual.

En México, no obstante, no se ha dado un debate ni en el terreno académico ni en el legislativo ni en el de los medios de comunicación en relación con las posibles implicaciones que las tecnologías de la información y la comunicación pueden acarrear para las múltiples aristas de la práctica cultural. Sondeando la situación, los debates acerca del papel social de la cultura han girado, de un lado, en torno a la vigencia o no de su patrimonialización por parte del estado, una condición que hunde sus raíces en la política cultural desplegada por los distintos gobiernos mexicanos desde el periodo postrevolucionario y que hace de la cultura una extensión natural de las políticas estatales en la medida en que se inscriben directamente en los mecanismos de producción de identidad nacional. De otro lado, la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCNA), los ajustes legales que con él se hacen a la Ley Federal del

Derecho de Autor en 1997 y, especialmente, la desatención que en él se da a la producción cultural abren otro abanico de problemas que dejan aún hoy en la sombra a aquéllos que tendrían que ver con las implicaciones culturales de las TICs.

Con estos antecedentes, desde el Centro Cultural de España en México se planteó la pertinencia de llevar a cabo un ejercicio comparativo entre España y México con el fin de elaborar un mapa de la situación de los derechos de autor en el marco de desarrollo de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. Para la elaboración de ese mapa, y teniendo como ámbito de indagación original el de las artes plásticas, se llevaron a cabo dos jornadas de discusión en enero y mayo de 2007 en las que participaron abogados, funcionarios, académicos, activistas, artistas y representantes de entidades de gestión de artistas plásticos. Ante el hecho ineludible de que el estatuto de los derechos de autor y el libre acceso a la cultura y sus fricciones tienen muy distinto peso político, social, legal y económico en México y en España, la tarea que se acometió fue la de entender por qué. ¿Cuáles son los trasfondos nacionales sobre los que han cobrado vigencia o se han diluido estas cuestiones?

Alberto Javier López-Cuenca y Eduardo Ramírez
Coordinadores de las Jornadas