Ciencia de garaje

Desde las 20:00 hasta 01:00 el 28/01/2009

Ciencia de garaje es un término rebosante de posibilidades utópicas; sin embargo, a diferencia de otras florituras retóricas utópicas, la forma de producción que describe puede tener un impacto revolucionario en el paisaje de la vida cotidiana. En su visión más pomposa la ciencia de garaje se asocia con visionarios excéntricos y hackers de super nivel que han cambiado el mundo. La bombilla, la radioactividad, los antibióticos, el sintetizador, el ordenador personal, etc. Todos comenzaron de alguna manera como trabajos caseros. Puede que los resultados revolucionarios no sean probables pero sin duda son posibles.

Pero incluso desde una perspectiva más cotidiana hay un montón de razones para continuar con la ciencia de garaje. Antes de que la Era Reagan comenzara a minarla, la ciencia ciudadana se fomentaba en EEUU, incluso por parte del Gobierno (aunque a veces por razones bastante cínicas). Numerosas publicaciones, revistas y otros proveedores de ciencia atendían a las necesidades de un nutrido público amateur ansioso de acercarse a los nuevos sistemas del conocimiento científico y a los nuevos materiales y procesos de la ciencia. El resultado fue la creación de una ciudadanía suficientemente enterada de los desarrollos científicos – y, todavía más importante, de su aplicación en la esfera pública – y con capacidad suficiente para participar de manera inteligente en las políticas científicas.

No hace falta decir que cuando los neoliberales llegaron al poder se dieron cuenta rápidamente de que había que parar esta forma de política, y la mejor manera de hacerlo era detener toda manifestación de ciencia amateur. Creían que la gestión y el desarrollo del conocimiento debían llevarlo a cabo pequeños grupos de “expertos” que compartían los valores ideológicos del neoliberalismo, de forma que el conocimiento y su aplicación pudiera ser controlada únicamente de arriba abajo. Después de 30 años, el desmantelamiento neoliberal de la educación pública y la eliminación de la ciencia amateur ha llegado al punto en el  que el público depende totalmente de los “expertos”. Es más, cada vez se ha extendido más la idea de que cualquiera que haga ciencia fuera de las instituciones de los expertos debe de estar haciéndolo por alguna vil razón.

Para Critical Art Ensemble parte de nuestra lucha ha sido establecer la ciencia como un lugar popular para la intervención cultural, y de ese modo contribuir a una pedagogía que otorga poder a la gente para retar a los expertos, para convertirse en activos participantes en las políticas del conocimiento de las esferas científica y tecnológica, y expandir las posibilidades para la producción cultural en las disciplinas científicas.

por Critical Art Ensemble


 
Place:
Medialab-Prado. Plaza de las Letras, C/ Alameda, 15 · Madrid

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#programacion #electronica #seminario #interactivos? #interactivos?09