Átomo y tiempo

Imagen recurso tiempo y átomo
Pierre y Marie Curie se dieron cuenta que las radiaciones emitidas por este mineral eran más intensas que las que habían observado en los compuestos puros de uranio. Una tonelada de Pechblenda suele contener aproximadamente un gramo de radio.

El átomo como la unidad constitutiva más pequeña de la materia ordinaria cambió la forma de cómo vemos y entendemos el mundo. En 1896 el físico francés Henri Becquerel descubrió la radiación y obligó a los científicos a cambiar radicalmente sus ideas sobre la estructura atómica. La radiactividad demostró que el átomo no era ni indivisible ni inmutable. El átomo podría cambiar de forma y emitir una enorme cantidad de energía. Además, la radioactividad en sí misma se convirtió en una herramienta importante para revelar el interior del átomo.

La radiación es el punto de partida de mi trabajo. Me impresionaron sus propiedades tanto en la microescala con su proceso de desintegración radiactiva, como en su escala de actuación, atraviesa una pared e interactúa con nosotros, comemos, bebemos y respiramos sustancias radiactivas que están naturalmente presentes en el medio ambiente. En forma mineral, la radiactividad se puede recoger y manipular, pero si se hace de manera inapropiada, se producen mutaciones y cambios fatales en el cuerpo humano, animal y vegetal.

En 1969, el artista Robert Barry enterró radioactividad en Central Park y entendió la radiación como un material: “Un mundo de posibilidades tiene este increíble material. Y es simplemente dejar que haga lo que se supone que debe hacer. No se puede cambiar una onda portadora o de radiación; solo puedes saber lo que se supone que debe hacer y dejar que lo haga. Eso es suficiente".  Los átomos seguían desintegrándose, invisibles y sin fin, expandiéndose a la atmósfera hasta dejar de ser radiactivos.

Los experimentos de Wilhelm Conrad Röntgen en 1895 con el descubrimientos de los rayos X inauguraron una nueva era de percepción permitiendo visualizar el territorio invisible que genera la radiación. La radiactividad da una medida de tiempo que no está ligada a nuestras categorías normalizadas de tiempo humano o incluso necesariamente al horizonte de inteligibilidad del tiempo: revela la edad de los objetos, contribuyendo a mostrar la historia del mundo. El término "vida media" utilizado para definir el tiempo de desintegración de un átomo nos ayuda a comprender mejor su comportamiento. El átomo se transforma en un nuevo producto hasta que alcanza un estado estable y ya no es radiactivo. Algunos radionucleidos tienen una vida media de unos pocos segundos, otros tienen una vida media de cientos, millones o miles de millones de años. La vida media del material radiactivo se convierte en un nuevo eje temporal de cómo contamos y calculamos su existencia. Es un tiempo de archivo adecuado para el futuro.

La radiación se extiende a lo largo de miles de años, pero nunca pierde su poder destructivo y, por su incontrolabilidad gigantesca, existe en un plano que toca el pasado, el presente y futuro simultáneamente.

Más información sobre el proyecto "Radiotrophic fungus", de Fernando Cremades, en este enlace. 

Tipo de post
Blog
Autor
Fernando Cremades