La educación rural en Colombia posee históricamente un rezago frente a la educación urbana. El conflicto interno y el centralismo, entre otros elementos, han generado un numero de amenazas para la formación de niños, niñas, jóvenes y adultos en los territorios rurales. De acuerdo al Ministerio de Educación Nacional y su informe del Plan Especial de Educación Rural del 2017, en el país para el año 2018 solo el 10% de las personas que viven en la zona rural son Bachilleres y el 2,3% (2 de cada 100) poseen formación universitaria. De este modo, la educación rural no solo necesita de nuevas formas de aprendizaje, sino de nuevas formas de relacionarse con las iniciativas de creación fuera y en articulación con las ciudades.

Desde este lugar, es necesario comprender las formas Aprendizaje en la Ruralidad, no solo las académicas ligadas con una institución, sino otras tantas que han servido para la transferencia de conocimientos en las zonas rurales por años, especialmente en comunidades indígenas, afro-colombianas, campesinas y ahora, con las personas que desde la ciudad se mudan al campo. En este tejido de conocimientos y modos, prácticas emergentes están consolidándose en los territorios, lugares donde confluyen diversas comunidades, organizaciones y motivaciones que bajo una pluralidad de formas paralelamente al sistema educativo.

Se ha realizado un mapeo inicial y práctico de este tipo de espacios en Colombia hallando iniciativas en diversos departamentos Colombianos. Estos espacios son diversos en cuanto a alcances y motivaciones, no obstante, propenden por la generación de procesos de base comunitaria en sus territorios donde el aprendizaje es su centro. En estos participan desde niños, niñas y jóvenes hasta adultos de diversas identidades culturales en la ruralidad. Mientras, a nivel de relaciones con procesos rurales en España, se ha podido identificar de manera preliminar las otras experiencias como procesos de experimentación y creación en la ruralidad.

Por tanto, estas experiencias requieren ser comprendidas desde las personas que participan de estos espacios y se encuentran en estas zonas rurales. Entiendiendo y poniendo en diálogo estas experiencias será posible potenciar sus iniciativas, espacios y redes. Así, durante la residencia se espera aprender e intercambiar saberes y procesos metodológicos como Laboratorios sin muros en la ruralidad. A través de esta residencia, se desean explorar los procesos de aprendizaje, experimentación, acción, creación y transformación a través de Diálogos rurales remotos, para su difusión de los diversos territorios de Iberoamérica.