Wikiesfera. Un garaje abierto contra la brecha de género en Wikipedia

Wikiesfera

Por Silvia Nanclares

 

Nos sumergimos en uno de los grupos de trabajo más cohesionados y con más proyección interinstitucional de los que habitan Medialab Prado: Wikiesfera, una comunidad que trabaja en la trastienda de Wikipedia para frenar sus inercias androcéntricas y para visibilizar el conocimiento generado por mujeres.

Reparando la brecha de género en Wikipedia

Si Wikipedia fuera un vehículo, que, como la enciclopedia online más utilizada del mundo, lo es, y de conocimiento, no pasaría la ITV de género. Según estudios online y datos porcentuales que maneja la propia Wikipedia, solo un 13% de los editores (personas que tienen la capacidad de crear y mejorar artículos) son mujeres. De los setenta y tres bibliotecarios (clase especial de usuarios que tienen competencias especiales, como borrar páginas) que operan en español, solamente siete son mujeres. Pero no es solo una cuestión de cifras. Un análisis cualitativo nos mostrará que este sesgo de género y consecuente exclusión de las mujeres en Wikipedia es multifactorial (una interfaz de edición poco amigable, agresividad en los debates, una atmósfera sexista e incluso misógina, falta de tiempo libre o una escasa interacción social en los proyectos) y cómo todo esto acaba teniendo consecuencias directas sobre los contenidos. Para coser esta brecha, el grupo de trabajo Wikiesfera Grupo de Usuarixs, pues ese es su nombre oficial, con la innovadora equis por delante como declaración de intenciones lingüística, impulsado por la periodista Patricia Horrillo, realiza encuentros semanales en Medialab Prado, entre otras actividades regulares.

Este garaje de puesta a punto de la Wikipedia está abierto a quien quiera pasarse. Y así lo hice, una tarde de esta misma primavera. Como única indicación, Patricia me dijo: «Ven con tu portátil», haciendo mención de una de las consignas de las citas del grupo que deja claro que eso es lo único que se necesita para empezar a aprender cómo funciona Wikipedia y hacer los primeros pinitos dentro de la edición. Ni siquiera el portátil es imprescindible; el resto del grupo te dejará sentarte a su lado y compartir uno. Hoy celebran el primer aniversario de la certificación del grupo por parte de la Wikimedia Foundation como comunidad permanente de aprendizaje «que consigue incorporar a nuevas y nuevos editores y publicar decenas de artículos nuevos en Wikipedia». Pero, lejos de recrearse mucho en el respaldo de la institución enciclopedista digital, se lanzan a trabajar, que hay tarea pendiente, en concreto artículos que revisar de la última editatona, realizada el 26 de abril de 2019, Día de la Visibilidad Lésbica, como así lo recuerda alguien compartiendo el enlace al pad. La complicidad se palpa en el aire. Wikiesfera es una comunidad, un grupo de trabajo, un grupo de edición. Pero, sobre todo, pone en práctica la máxima de que unas cuantas personas haciendo pequeños gestos pueden cambiar, en este caso, la Wikipedia.

Merienda, música y edición

Aunque el objetivo principal de este proyecto está muy claro (incrementar la diversidad dentro del colectivo editor con el fin de reducir las diferentes brechas provocadas por cuestiones como el género o una perspectiva etnocentrada), uno de los pilares de su dinámica como comunidad es cuidar la interacción entre quienes participan, ya sea de manera asidua o de un modo puntual, como es mi caso hoy. Y, como en todo buen proyecto feminista, lo relacional está en primer plano. La cálida acogida es uno de los primeros alicientes para que te apetezca quedarte a sumar. Así que, si pasas una tarde de lunes por Medialab Prado, en la Sala B de la primera planta verás a un grupo de personas, en su mayoría mujeres (pero no solo), tecleando sus portátiles, escuchando música y riendo, con alguna chuche o chocolatina a mano (hoy Patri ha traído unas delicias que trajo de su último viaje a Ecuador, donde participó en un proyecto internacional titulado Nos Tomamos la Wiki para incorporar nuevas editoras de pueblos y nacionalidades con el fin de descolonizar Wikipedia); no lo dudes, has encontrado el garaje. Hoy, excepcionalmente, están en el Lab de la planta primera, están insonorizando su espacio habitual y se han tenido que trasladar aquí. Algunas personas lo echan de menos, «porque allí tenemos nuestro espacio, con nuestra musiquita…», me cuenta Bea. Ella es traductora profesional y hoy se encuentra terminando un artículo de Harmony Hammond, escultora lesbiana y pionera del arte feminista, cuyo nombre apareció en la última editatona, en la que se crearon un buen puñado de artículos de artistas lesbianas. Entre los artículos con los que ha contribuido Bea está el de Concha Fernández-Luna (Premio Nacional de Traducción). Dice que su trabajo es modesto, invisible. Pero no insignificante, pienso. Qué intrínseco de las mujeres dudar de nuestra legitimidad y autoría. Por eso estos espacios son tan vitales para afianzar en seguridad y tomar la palabra.

Me voy adaptando al ambiente, revoloteando de puesto en puesto. Para empezar, hablan en jerga, además de los más comprensibles «bibliotecarias» y «editoras», hablan del «síndrome del wikipedista» o compulsión por la edición, catalogado en el Departamento de Diversión («Sí, en Wikipedia hay mucho friki y se ha llegado a crear este departamento», me explican entre risas)[6]. Pero, sí, el gusanillo de editar en Wikipedia existe. Y pica. «Se acaba editando en el bus, con el móvil, ¡en cualquier lado!», me aseguran Elena y Celia, que están sentadas juntas. Las dos llevan participando con regularidad en el grupo más de un año. Elena conoció el grupo a través de un curso de igualdad en el que la profesora les habló del proyecto. Celia, por su parte, es profesora de secundaria, y estaba cansada de no encontrar nombres de mujeres en los libros de texto de Lengua y Literatura, la asignatura que imparte. Elena está orgullosa del artículo de la autora de cuentos infantiles Victoria Pérez Escrivá, quien, incomprensiblemente, no tenía artículo hasta ahora en la enciclopedia digital. La motivación de ambas es minimizar esta brecha de género, aunque cada una lo palia de una manera específica desde Wikiesfera: Elena está loca por la literatura húngara y ahora mismo está creando el artículo de Zhivka Baltadzhieva, una poeta húngara que lleva años viviendo en España, de la que, increíblemente, tampoco existe un artículo en español. Ambas tienen aspecto de estar muy satisfechas con el trabajo invisible que están haciendo en la trastienda de Wikipedia. Es lo que genera sentirse pertenecientes a una comunidad, el placer de compartir código común y espacios presenciales y virtuales como los que ofrece Wikiesfera. Patricia recuerda al grupo que, del listado de criptoanalistas que surgió en otra de las quedadas, aún hay artículos pendientes de acabar. De nuevo, revisión de los mails de la lista compartida y el pad.

A medida que me voy metiendo en el complejo mundillo que propone este grupo con sus distendidas dinámicas, me surgen muchas preguntas, como cuál es la «jerarquía» dentro de Wikipedia, es decir, quién decide lo que es relevante, qué elementos de control existen a ese respecto, qué significa ese «taller» digital que mencionan todas… Me siento con Pura y lo voy comprendiendo. Justo ahora está liada con una traducción que le han «tumbado» unos editores de la Wikipedia por considerar que no superaba los estándares mínimos. Su artículo está cautelarmente en su taller. Así se llama el espacio donde cada artículo queda parado hasta que se le aplican las mejoras. Esta era una de las motivaciones de Pura al unirse a este grupo de trabajo, cuya existencia conoció mediante la página de Facebook de Medialab Prado. Pensó que aquí podría conocer las entretelas de Wikipedia y cómo se estructuran sus datos. Y no se equivocó. Tanto ella como Celia y Elena reconocen que muchas veces los artículos escritos por mujeres o sobre mujeres son juzgados más estrictamente que otros. «Hay cuestiones, como el acoso a editoras, que aún están por trabajar», apuntan. Es evidente que inercias machistas en los grupos de discusión donde se decide la validez de los artículos, haberlas haylas, como en cualquier otro espacio. Y que hay mucho trabajo por hacer en este sentido.

Una de las participantes más veteranas, Encina Villanueva, me explica, con la capacidad de síntesis de un titular, lo que hacen en Wikiesfera: «Introducimos y mejoramos contenido de mujeres en Wikipedia». Encina, que se dedica a la formación en arte feminista y cuyo nombre de editora es @encina_waslala, se enganchó a Wikiesfera en 2016, en una de las primeras editatonas, dedicada a fotógrafas. A Encina el trabajo constante en Wikiesfera la ha llevado a valorar más la autoridad de la Wikipedia, ya que ahora es plenamente consciente del rigor de los procesos de edición. Su trabajo específico consiste en equilibrar la cuestión de género en artículos donde hay mucho desequilibrio. Por ejemplo, en el artículo dedicado al surrealismo consideró que era justo mencionar a Marie Blanchard desde el principio; o dentro de artículos donde se aborda una pareja de artistas, le parece necesario trabajar cuestiones como qué cantidad de datos aparece acerca de cada uno; o comprobar en qué orden aparecen dentro de un artículo influencias tales como la del padre o la madre. Encina nombra con mucho tino a qué responden estos desequilibrios: «Se llama sesgo. Sesgo en la mirada». Encina también destaca que uno de los secretos de la viveza de este grupo, y asimismo una de las cosas más bonitas de esta comunidad, como constatan otras usuarias, es que el compromiso es muy abierto y está basado en el deseo; no se penaliza la no asistencia, lo que, curiosamente, vuelve su vínculo más potente. Todo un ingrediente secreto para la pervivencia de las comunidades. 

Antes de terminar la sesión, aparece Paz, algo apurada. El resto del grupo aplaude. Hace días que no venía y parece ser uno de los miembros más queridos, de esos con capacidad para cohesionar. Es Paz Castro, empresaria, quien vio desde muy pronto clara la apuesta por el proyecto Wikiesfera, y así se unió a sus filas con entusiasmo. Tras muchas experiencias infructuosas con editores que invalidaban sus artículos sobre empresarias, aprendió el modo de que fueran intachables desde lo formal, consumándose así su feliz aportación a la construcción de una Wikipedia más inclusiva, que es con lo que, en definitiva, está comprometido todo el grupo. La verdad es que dan ganas de formar parte de esto, de pasarse por las tripas de una herramienta que, de tan sumamente usada, corremos el riesgo de naturalizar y no darnos cuenta de que todas y todos podemos contribuir a ensanchar su rigor y su capacidad de acoger la diversidad. Hoy he comprobado que pasarle las gafas violetas a Wikipedia hace emerger un montón de desigualdades y, a la vez, potencias transformadoras. Consulto cómo podrá participar quien no viva en Madrid o quien, como yo, no pueda estar presente siempre que desee por cuestiones de tiempo. La alta ocupación en multitud de tareas, entre ellas de cuidados, es otra de las razones probadas por las cuales no hay más mujeres aportando en Wikipedia. Seguimos desentrañando, desde las prácticas, el misterio del sesgo de género en Wikipedia.

Patricia me explica cómo, además de los mencionados encuentros de los lunes y la participación directa de la gente asistente, hay otros eventos presenciales a los que sumarse, como son las quedadas puntuales para editar contenido específico, o las célebres editatonas, convocados ambas con frecuencia variable. Las editatonas, uno de los eventos estrella de esta comunidad y el que más reclamo tiene para captar interesadas, son maratones de edición en Wikipedia, de duración también variable pero bastante intensiva, a los que precisamente se aplica la perspectiva de género para tratar de combatir los sesgos detectados hasta ahora en la enciclopedia libre desde Wikiesfera. Se trata de ampliar lo testado dentro del grupo a la siguiente capa de la cebolla de la comunidad, aunque muchas veces su alcance y poder de convocatoria es sorprendente. Y no hay modo de averiguarlo hasta el día del evento. Se hacen llamamientos por redes y, salvo excepciones, suelen ser bastante concurridas. En todo caso, no es el ampliar la comunidad en número el objetivo único de estas convocatorias. En los encuentros se busca poner en práctica el aprendizaje colaborativo de la comunidad, ampliándose el espectro del impacto, tanto desde los contenidos como desde los modos de hacer.

Mucha otra gente participa en Wikiesfera a través de los canales digitales. La lista de correo, donde hay inscritas más de doscientas personas, es una herramienta viva del grupo que cada vez va sumando más gente, los pads donde se registran las tareas y los artículos en curso o pendientes o los perfiles en redes donde se pueden seguir los encuentros y avances de esta comunidad de actividad contagiosa, vírica. Quien lo pruebe puede quedar enganchado. Y esto es de las mejores cosas que se pueden decir de una comunidad.

La mecánica mater

Otro de los días en que quedo con Patri, alma del proyecto, para saber más acerca de Wikiesfera, lo compartimos con Pepo Jiménez, periodista de El País. Está colaborando en un especial multimedia sobre Wikiesfera. Patricia se ha emocionado durante la entrevista recordando su reciente estancia en Ecuador, en el proyecto internacional Nos Tomamos la Wiki, donde se activó una comunidad de edición en Quito. «Aprendí tanto –me cuenta ella misma–, después de quitarme capas y capas de colonialismo mental, claro». Volvió de Ecuador habiendo descubierto que le encantaba la educación, y con energías renovadas para continuar con su lucha por aumentar la mirada transversal en Wikipedia, una lucha que pueda acabar con los sesgos interseccionales, donde se incluye el de género, obviamente. También con la sensación de que el proyecto puede escalar, no solo territorialmente, como en el caso de la comunidad de Ecuador, sino con distintas y nuevas implementaciones. «¿Este es el proyecto más importante de tu vida?», le pregunta Pepo. El entrevistador da por segunda vez en la diana. «Pues puede que sí. Así es. El proyecto más importante de mi vida: conocer y visibilizar a mujeres dentro de la cultura digital y en concreto a través de Wikipedia». Ahora le gustaría poder ampliar el grupo motor para compartir las labores de coordinación de esta comunidad que va creciendo poco a poco, de una manera sostenida pero imparable. También le gustaría disponer de más recursos materiales dentro de Medialab Prado, como portátiles para las personas que no pueden disponer de ellos, o carteles que informen de la actividad de los grupos permanentes más allá de los horarios de encuentro. Me hace muy feliz verla tan motivada, con el deseo de aprender y seguir creciendo; hoy me uno a celebrar este proyecto que, en realidad, he visto crecer desde que era una semillita, y compartí promoción de mediación en Medialab Prado con ella hace ya cuatro años. Aquella semilla está dando sus frutos.

Puedes descargar más abajo el texto íntegro con notas al pie y ficha del proyecto, y la publicación de la que forma parte: Laboratorios ciudadanos. Una aproximación a Medialab Prado.

 

 

Tipo de post
Blog
Autor
Arancha B