Redes digitales y el nuevo procomún urbano

La tecnología digital ha posibilitado la irrupción del modelo de smart cities en las que la explotación de grandes bases de datos y el despliegue de sensores permitiría monitorizar en tiempo real la vida urbana, lo que posibilitaría una gestión mejor adaptada a las necesidades de la ciudadanía. Pero este concepto de ciudades inteligentes lleva implícito el modelo convencional de gestión urbana basada en la planificación en manos de expertos y políticos. Uno de los riesgos de este modelo es que amplíe la capacidad de control de la ciudadanía y disminuya el potencial de participación ciudadana al incrementar la complejidad y el automatismo en la toma de decisiones.

En contraposición a esta visión de los cambios provocados por la tecnología, las redes digitales abiertas han facilitado el empoderamiento, coordinación y colaboración ciudadana. Estas tecnologías sociales están haciendo posible la construcción de un nuevo procomún urbano y posibilitando un urbanismo emergente o P2P que “construye” la ciudad de abajo arriba utilizando el conocimiento y la acción ciudadana en diálogo y colaboración con los expertos y gestores.

El grupo de trabajo Ciudad y Procomún de Medialab-Prado (Madrid) inició sus actividades en Febrero de 2012 con una propuesta de exploración activa de las relaciones entre espacio público, tecnología y gobernanza, trabajando para el crecimiento y fortalecimiento del procomún urbano. El objetivo final es convertirse en una red que facilitase la relación entre los numerosos proyectos y colectivos que trabajan activamente en este ámbito tanto en Madrid como en otras ciudades (ya se ha activado un nuevo nodo en Barcelona).

El grupo desarrolla diferentes formatos de talleres y sesiones de debate así como visitas a proyectos y espacios de interés. Hasta el momento, entre otras acciones, se han celebrado varios talleres rápidos (citycamps) donde se identifican, diseñan y se prototipan proyectos en que la tecnología apoya la construcción del procomún urbano (sobre cuestiones como la contaminación atmosférica, la eficiencia energética o la participación ciudadana en la solución de problemas de diseño del espacio público).