Después de varios años criando con mi hijo cada primavera gusanos de seda, me encuentro con que tengo una caja llena de capullos. Cada año me resisto a tirarlos, no solo son preciosos, la seda es un material increíble, más fuerte que el acero, flexible y resistente.
El procesado tradicional de la seda implica hervir los capullos cuando aún se está transformando la crisálida para aprovechar el hilo continuo de más de mil metros que lo forma, pero ¿Qué pasa si no matamos la mariposa antes de emerger? ¿cómo podemos trabajar con los capullos abiertos? ¿qué usos se les puede dar?
Con este trabajo trataremos de cardar, hilar, teñir y tejer la seda, mezclarla con otros biomateriales y encontrar nuevos usos para una fibra natural que la humanidad ha usado desde hace miles de años.
Además crearemos contenedores en los que criar estos insectos para disfrutar la experiencia de su metamorfosis antes de recolectar la seda.
Medialab-Matadero Madrid